En un contexto marcado por la
avanzada de las ultraderechas y la crisis de la democracia liberal, la vida
gremial en Salta se enfrenta a un espejo incómodo. Entre la advertencia de
Atilio Borón sobre la parálisis de la burocracia estatal y la interpelación de
Blanca Lescano a la 'unidad de chaleco', surge una certeza ineludible: para
reconstruir el campo popular y resistir el despojo, no basta con marchar;
primero, habrá que ponerse a pensar de nuevo.
El escenario político actual no admite lecturas
superficiales. La avanzada de la ultraderecha en Argentina no es un rayo en
cielo sereno, sino el resultado de procesos de desarticulación social y fallas
estructurales que hoy interpelan directamente a las organizaciones populares.
En Salta, este debate cobró vida recientemente en un escenario clave: el Plenario
de la CGT Regional Salta, convocado de urgencia para fijar posición ante la
inminente reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional.
El Plenario de la CGT: ¿Unidad Real o Escenografía
Sindical?
El plenario, que reunió a más de 60 secretarios generales,
se dio en un clima de tensión y premura, apenas 24 horas antes de una jornada
de movilización. Fue en este marco donde la intervención de Blanca “Nenina”
Lescano (referente de la CTA Autónoma y militante histórica de DD.HH.)
marcó un punto de inflexión. Lescano no asistió para sumarse al coro de
consignas hechas, sino para cuestionar la metodología de construcción de la
resistencia.
Su crítica fue frontal: la unidad no puede ser un acto
retórico que se agota en una conferencia de prensa o en "ponerse el
chaleco" para la foto el día antes de una marcha. Para Lescano, esta
"unidad de último momento" ignora el trabajo paciente de base y la
necesidad de una pedagogía política que conecte la defensa del salario
con la memoria histórica y la justicia social. Su llamado a las organizaciones
gremiales fue claro: el sindicalismo debe abandonar su clausura corporativa y
abrirse a la comunidad si pretende sobrevivir al embate actual.
La Trama de la Burocracia: La Tesis de Atilio Borón
Esta dificultad de articulación que señala Lescano encuentra
un marco teórico riguroso en el análisis de Atilio Borón. El politólogo
sostiene que la avanzada de las ultraderechas en Latinoamérica se apoya en una
crisis de representación donde la "burocracia del Estado" ha
terminado por asfixiar la participación ciudadana.
Borón advierte que el campo popular enfrenta una
"batalla de sentido" que está perdiendo. La fragmentación social
—donde el individuo se siente solo frente al sistema— es el caldo de cultivo
para discursos que demonizan lo colectivo. Según su tesis, la burocracia
estatal y sindical, al volverse estructuras rígidas y alejadas de la realidad
cotidiana, han facilitado que sectores de la clase trabajadora vean en la
ultraderecha una salida (aunque sea ilusoria) a su frustración. En este
contexto geopolítico, Argentina es vista como una "gran isla" de
recursos estratégicos (como el litio en el Norte Grande) que el poder
transnacional busca capturar a través de la desarticulación de las soberanías
nacionales.
La Imposibilidad de Articulación y el Reto de
"Pensar de Nuevo"
La paradoja es cruel: mientras la ultraderecha avanza con
una agenda clara de demolición del Estado, el campo popular en Salta y el país
parece atrapado en viejas formas que ya no convocan. El escritor salteño Antonio
Gutiérrez, en su reciente análisis para Página 12, llega a una
conclusión que funciona como un imperativo ético: “habrá que ponerse a
pensar de nuevo”.
Gutiérrez interpela la parálisis y la resignación. Si las
estructuras tradicionales (gremios, partidos, movimientos) no logran frenar el
despojo, es porque las herramientas anteriores han quedado obsoletas frente a
una derecha que "rompe todo". Pensar de nuevo significa,
necesariamente, reconstruir los lazos desde abajo, allí donde la burocracia no
llega y donde la necesidad aprieta.
Conclusión: Entre la Apertura y la Resistencia
La encrucijada salteña es el reflejo de una crisis global.
El peso de la burocracia estatal analizado por Borón actúa como un ancla
que impide la rearticulación del campo popular, dejando a las mayorías a merced
de un modelo que las excluye.
La salida, sin embargo, fue esbozada en aquel plenario de la
CGT por Blanca Lescano. La unidad real no nace de un acuerdo entre cúpulas,
sino de una apertura radical. Como ella propuso, cada sede sindical debe
transformarse en un centro de debate permanente, un espacio donde estudiantes,
desocupados y trabajadores formales puedan encontrarse. Solo mediante esta
nueva forma de trabajo —cotidiana, honesta y alejada de la soberbia
burocrática— será posible construir una oposición sólida que no solo resista,
sino que sea capaz de proponer un horizonte de vida digna frente al nihilismo
de la ultraderecha.
En Salta, el plenario convocado por la CGT Regional para debatir la reforma laboral se convirtió también en un llamado a repensar la unidad del movimiento obrero: no solo como respuesta urgente a una ley regresiva, sino como construcción cotidiana que articule sindicatos, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales en defensa del trabajo digno, la democracia y la memoria
Ayer miércoles 17, la CGT Regional Salta convocó a un
plenario de más de 60 secretarios generales de sindicatos para unificar
criterios y fijar posición ante el proyecto de reforma laboral impulsado por el
Gobierno nacional, apenas un día antes de la jornada de movilización. Si bien
la necesidad de enfrentar las políticas destructivas es innegable, la forma y
el momento en que se plantea esta "unidad" exponen una profunda
crítica al accionar gremial actual, contrastando drásticamente con la propuesta
de una unidad real, trabajada y sostenible.
La principal objeción a esta convocatoria es que la unidad
no se trabaja, solo se declara. Todo el esfuerzo gremial de resistencia a la
sanción de la ley de reforma laboral, se limitó solo a una conferencia de
prensa en donde los dirigentes se "ponen la chaqueta" (o chalecos) y
hablan de unidad el día antes de la movilización o del tratamiento de la ley
laboral. Este acto, percibido por Blanca Lescano como pura retórica, ignora el
tiempo que requiere la verdadera construcción gremial.
Blanca “Nenina”
Lescano es una de las voces que, en Salta, enlaza de manera cotidiana el mundo
gremial con la lucha por los derechos humanos. Como referente de la CTA
Autónoma y militante histórica de los organismos de derechos humanos, entiende
que la defensa del trabajo digno y la memoria del terrorismo de Estado forman
parte de la misma pelea por una sociedad justa.
Hija de personas detenidas desaparecidas durante la última
dictadura, Lescano volvió su biografía familiar una herramienta de intervención
pública. Desde la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por
Razones Políticas, la Mesa de Derechos Humanos y la Asociación Miguel Ragone,
trabaja en la señalización de sitios del terrorismo de Estado, en actividades
de educación en derechos humanos y en campañas contra el negacionismo. A la
vez, interviene en debates actuales, alertando que se ha “retrocedido a
discusiones que creíamos cerradas” y llamando a las nuevas generaciones a
comprometerse con una memoria activa.
Su participación en la CTA de Salta refuerza esa
articulación entre memoria y derechos laborales. En marchas, plenarios y actos
del 24 de marzo, Lescano impulsa la unidad entre sindicatos y organismos de
derechos humanos, planteando que no se trata solo de recordar el pasado, sino
de leer en clave presente las violencias empresarias y estatales contra
trabajadores y sectores populares. Así, la agenda gremial se cruza con la
agenda de memoria: la defensa del salario, las condiciones de trabajo y las
libertades sindicales se piensan como parte de una misma trama de derechos
humanos integrales.
En ese cruce, Blanca “Nenina” Lescano sostiene una
idea-fuerza: “no queremos una memoria congelada, queremos una memoria activa”,
capaz de interpelar el hoy. Esa memoria activa se expresa tanto en los juicios
de lesa humanidad y en la exigencia de políticas de Estado, como en la
resistencia a proyectos que amenazan con recortar derechos, criminalizar la
protesta o desmantelar organismos de control. Su militancia muestra que, en
Salta, el sindicalismo y los organismos de derechos humanos no son dos mundos
separados, sino partes de una misma lucha por dignidad, justicia y democracia.
Unidad de chaleco o unidad de debate: interpelación desde los derechos
humanos al movimiento obrero
Recuperamos a continuación las intervenciones de Lescano en
su diálogo con las autoridades gremiales y los medios presentes, en la reunión
en el salón de “La Bancaria” en la mañana de ayer miércoles.
“Compañeras, compañeros: venimos a este plenario de la CGT a
decir algo incómodo pero necesario. No alcanza con ponerse el chaleco, subir al
escenario y hablar de unidad un día antes de la movilización. Esa es una unidad
de foto, de declaración, no la unidad que se construye de verdad. Hace dos años
que están haciendo pedazos el país con la motosierra, destruyendo áreas enteras
del Estado, dejando trabajadores en la calle, sacando comida y remedios, y
recién ahora muchos gremios hablan de unidad porque se discute la ley laboral.
Esa unidad es tardía, es parcial y, sobre todo, es débil si no se sostiene en
debate y participación real.”
“La reforma laboral es grave, pero el problema no se agota
ahí. Este gobierno llegó reivindicando el terrorismo de Estado y naturalizando
un discurso de odio que deshumaniza al adversario político: se habla de
‘infrahumanos’, de ‘orcos’, de gente ‘diabólica’ o ‘maligna’ para referirse a
quienes piensan distinto. Cuando se despoja de humanidad al otro, se habilita
cualquier violencia. Por eso no alcanza con defender solo los derechos
laborales; la discusión debe incluir la memoria del genocidio en nuestro país,
el negacionismo actual, la impunidad y también el genocidio en Palestina, que
es una herida abierta para toda la humanidad. Si la unidad sindical no
incorpora la defensa de la dignidad humana y los derechos humanos en sentido
amplio, se vuelve sectaria y miope.”
“Desde los organismos de derechos humanos venimos diciendo
hace años que no queremos una memoria congelada, queremos una memoria activa
como política de Estado. Esa memoria activa tiene que entrar acá, al corazón
del movimiento obrero. La unidad no puede ser solo unidad de chaleco para la
prensa; tiene que ser unidad de debate, de talleres, de comisiones abiertas.
Hay que abrir las puertas de los gremios a estudiantes, organizaciones
sociales, familias trabajadoras, como lo hizo Agustín Tosco en Luz y Fuerza,
que convirtió al sindicato en una casa común donde obreros y estudiantes
pensaban juntos el país antes del Cordobazo y en la CGT de los Argentinos.
Tosco no construyó unidad en la víspera de una marcha, la construyó en años de
discusión, de formación política, de enfrentamiento a las conducciones
burocráticas y a las dictaduras.”
“Si este plenario quiere ser un punto de partida y no un
acto más, propongamos una unidad que abarque todo: la defensa del trabajo
digno, sí, pero también de la soberanía, de la memoria y de los derechos
humanos. Hablemos del Paraná y de quién controla sus vías fluviales, de la
frontera norte militarizada, de la criminalización del pueblo mapuche, de los
intentos de habilitar la libertad de genocidas presos, de la represión a
quienes protestan. La unidad que necesitamos es la que se construye en el tiempo,
con debates incómodos, con disensos, con participación real. No se trata solo
de frenar una ley; se trata de defender la humanidad frente a un proyecto de
ultraderecha que quiere destruir el Estado y vaciar la democracia. Si no
ponemos la memoria, la dignidad humana y los derechos humanos en el centro de
la agenda sindical, nos quedamos cortos. La unidad se trabaja, se construye día
a día; no nace de un chaleco, nace del debate.”
Un cierre llamando a una apertura y el trabajo cotidiano
En el cierre del encuentro, Lescano dejó planteada una idea
clara: la unidad que el movimiento obrero necesita no se define en una
conferencia de prensa ni en la foto de una marcha, sino en el trabajo constante
y cotidiano dentro de cada gremio. La fuerza real de los sindicatos no se mide
solo en la cantidad de chalecos presentes en la calle, sino en su capacidad de
abrir sus puertas, sostener espacios de formación, escuchar a sus bases y
debatir de manera honesta los temores, las diferencias y las estrategias
comunes.
En esa perspectiva, ella propuso que el plenario fuera
presentado más como un punto de partida que como una respuesta acabada. La
invitación que ella dejó sobre la mesa sindical fue la de transformar cada
seccional, cada sede sindical, en un ámbito de debate permanente, donde
convivan la agenda laboral, la defensa de la democracia y las luchas por
memoria, verdad, justicia y soberanía. La apertura hacia otros sectores
–estudiantes, organizaciones territoriales, organismos de derechos humanos– tiene
que dejar de ser un gesto simbólico para pensarse como condición
imprescindible: la unidad capaz de resistir la destrucción del Estado y la
avanzada de la ultraderecha solo puede nacer de ese trabajo paciente, diario y
compartido, concluyó Lescano.
El 1º de julio de 1974, la muerte de Juan Domingo Perón marcó un punto de inflexión decisivo en la política argentina, abriendo la puerta a una constante rearticulación del peronismo hacia la derecha. Tras su fallecimiento, el movimiento viró progresivamente hacia posturas conservadoras, en gran medida, por la influencia de figuras como José López Rega y el endurecimiento del gobierno de Isabel Perón, que desdibujaron el perfil popular y obrerista del peronismo histórico. Este proceso, que culminaría en la trágica dictadura cívico-militar, consolidó una vertiente del justicialismo alejada de sus orígenes más progresistas.
Sin embargo, en este panorama de derechización, destacan dos excepciones significativas: la efímera presidencia de Héctor Cámpora en la Nación y el gobierno de Miguel Ragone en Salta. Ambos, al asumir en 1973, representaron un intento de encauzar el peronismo por vías más vinculadas a la izquierda, con un fuerte apoyo de la juventud y sectores populares. Cámpora, con su lema "Cámpora al gobierno, Perón al poder", buscó una apertura democrática y una mayor participación popular, mientras que Ragone en Salta impulsó políticas de corte social y progresista. Lamentablemente, ambas experiencias fueron truncadas por la escalada de la violencia política y la consolidación de la derecha peronista, que culminó con sus respectivos derrocamientos y, en el caso de Ragone, su desaparición.
Esta noche en el PJ Salta. Y los recuerdos de cuando el "silencio dolía".
En este encuentro con los interventores del PJ Salta, recordaba en silencio mi experiencia de alejarme de la conducción, y sentí en el aire el peso de las esperanzas truncadas y los sueños por reconstruir. Hoy, con el corazón latiendo fuerte, les digo: esta intervención no puede ser un parche más. Necesitamos abrir las puertas de par en par, escuchar las voces que laten en el interior profundo de nuestra provincia, esas que llevan décadas gritando en silencio. Y a los jóvenes, ¡oh, a los jóvenes!, darles no solo un lugar en la mesa, sino las herramientas para que dibujen el futuro que anhelan.
Esta reforma de la Carta Orgánica no es solo un trámite… es la semilla de un Partido que vuelva a latir al ritmo de la gente. Un Partido donde la democracia no sea una palabra gastada en discursos, sino un abrazo firme a la diversidad de miradas, de territorios, de generaciones. Porque solo así, con las raíces hundidas en cada pueblo y las ramas extendidas hacia el mañana, podremos sanar las heridas y renacer.
Elia Fernández, Sergio Berni, Fernando Pequeño Ragone. Sede del PJ Salta.
Expresiones de Sergio Berni y María Luz Alonso en PJ Salta
"No podemos seguir siendo un partido minoritario de decisiones que no tomamos nosotros por el el PJ es un Partido mayoritario y no podemos permitir que los que se dicen nuestros representantes levanten la mano entregando el patrimonio de todos los argentinos"...
Sergio Berni en PJ Salta
En el salón de actos de la sede del PJ Salta junto a varias decenas de militantes, tanto Sergio Berni como María Luz Alonso expresaron los motivos y objetivos de la intervención del Partido Justicialista (PJ) en Salta.
Sergio Berni enfatizó que la intervención no se debe a problemas administrativos, sino a una necesidad de reorganizar el peronismo con una visión política clara. Subrayó que el peronismo no es un partido minoritario, sino de mayoría y de poder, y que deben actuar como tal. Berni criticó la situación en la que representantes peronistas parecen apoyar decisiones que van en contra de los intereses de la nación. El propósito de la intervención es empoderar a aquellos que deseen representar los ideales peronistas y lo que hizo grande al partido y a Argentina.
Por su parte, María Luz Alonso recalcó que este no es un día de vencedores ni vencidos, sino de cumplir con una directiva del Consejo Nacional del partido. El objetivo principal es organizar y recuperar la soberanía política, la independencia económica y, fundamentalmente, la justicia social. Alonso señaló el desafío que tienen por delante en Salta y en toda Argentina, y que el éxito dependerá de su capacidad para ampliarse, unirse y enfocarse en el objetivo de recuperar la patria. Finalmente, expresó el deseo de reconstruir una Argentina donde el trabajo sea digno, las vacaciones sean accesibles, los estudiantes tengan recursos tecnológicos y los ciudadanos puedan cubrir sus necesidades básicas, recordando que los peronistas saben cómo lograrlo.
Cuando el Silencio Dolía: Una Carta Urgente al PJ Salteño
En el corazón del Partido Justicialista (PJ) de Salta, aquel lunes, 8 de febrero de 2021, resonó una voz preocupada, la del Consejero Fernando Pequeño Ragone, a través de una carta que clamaba por atención inmediata. Su misiva no fue un mero formalismo administrativo, sino un llamado angustiado a la reflexión y al diálogo, ante lo que percibió como una deriva peligrosa para el futuro del movimiento. La urgencia que impregnó cada línea de su solicitud de reunión entre la Comisión de Acción Política (CAP) y el Consejo del partido, así como la explícita puesta a consideración de su renuncia, revelaron una profunda inquietud por el rumbo que estaba tomando la conducción partidaria.
La raíz de esta zozobra se ancló en las decisiones recientes, particularmente la del Congreso Extraordinario que confirió plena autoridad a la CAP para la conformación de las listas electorales legislativas, despojando de su tradicional lugar a las elecciones internas consagradas en la Carta Orgánica del Partido. Para Ragone, esta medida, sumada a una trayectoria previa marcada por lo que describió como una "doble conducción partidaria" y una creciente "imposibilidad de integración", amenazó con vaciar ideológicamente y despolitizar tanto a las bases como a los sectores de conducción. En sus palabras, se acrecentó un escenario donde el diálogo y la negociación de las diferencias, en beneficio de la participación libre de los afiliados en las candidaturas, se vieron cada vez más lejanos.
Sin embargo, la posibilidad de su renuncia al honorable Consejo no implicó, para Ragone, una deserción de su compromiso vital con el Partido, un lazo forjado en la búsqueda de la memoria de Miguel Ragone y fortalecido por la adhesión a los ideales del peronismo setentista: patria libre, justa y soberana, democracia, integración, desarrollo con protección ambiental y lucha contra el imperialismo. Su permanencia, o su alejamiento transitorio del Consejo, se definió en función de la posibilidad real de un diálogo fructífero que permitiera reencauzar las metas, tácticas y estrategias del partido hacia una reconstrucción abierta y plural.
En este sentido, Ragone señaló prioridades fundamentales para una reestructuración genuina: la refundación de una Carta Orgánica que garantizara la participación efectiva de los afiliados, la formación constante y la integración a través del diálogo incluso desde las diferencias. Advirtió, con un tono de preocupación palpable, que la falta de un mayor esfuerzo por el diálogo podría conducir a años de mayor concentración del poder económico y político, a la fuga de compañeros valiosos y al incremento de la exclusión de quienes pensaban diferente.
Finalmente, su carta concluyó con un llamado emotivo a no convertirse en cómplices de un Partido que se encerró sobre sí mismo, instando a seguir trabajando por caminos alternativos, honrando la memoria de Miguel Ragone y de tantos otros compañeros. La sombra de la concentración del poder y la amenaza de un viraje hacia sectores conservadores y neoliberales proyectaron una profunda inquietud en el alma de este consejero peronista, quien prefirió alzar su voz y poner en juego su lugar antes que ser testigo silencioso de lo que consideró una traición a la esencia del partido.
En el corazón de
Salta, donde la icónica esquina de Santa Fe y Urquiza se abre frente al Parque
San Martín, se alza el bar Alta Región, un espacio que trasciende su función
comercial para convertirse en un bastión de la memoria política y cultural de
la región.
Las paredes de esta casona de finales del siglo XIX resuenan con
ecos de encuentros y charlas que han marcado la historia del campo popular
salteño. Figuras destacadas de la política y la cultura se han dado cita en
este lugar para reflexionar sobre la organización de los sectores más
vulnerables, aquellos que históricamente han sido marginados y desfavorecidos
por las estructuras de poder.
Alta Región no es solo
un edificio antiguo; es un símbolo de resistencia y lucha. Sus veredas han sido
testigos de conversaciones apasionadas sobre la emancipación frente al saqueo y
la entrega de los recursos al imperialismo, un tema recurrente en la historia
de América Latina. En este contexto de tradición y compromiso, un grupo de
compañeros del campo popular nos reunimos recientemente, impulsados por la
presentación del Frente Unión por la Patria, distrito Salta, que tuvo lugar la
semana pasada. La presentación del frente fue una llamada a la acción, un
recordatorio de la necesidad de unir fuerzas para enfrentar los desafíos que
aquejan a la sociedad salteña.
La presentación del
frente sirvió como catalizador para reflexionar sobre las dificultades y
estrategias del campo popular en la elaboración de programas de gobierno, la
construcción de alianzas estratégicas y la definición de prioridades temáticas
para campañas políticas. Las conversaciones que siguieron a la presentación
revelaron un panorama complejo, marcado por el deseo de unidad y acción
conjunta, pero también por desafíos persistentes que dificultan la organización
efectiva del campo popular. La heterogeneidad ideológica, la desconfianza mutua
y la presión de sectores opositores son algunos de los obstáculos que
enfrentamos.
La "compra"
de voluntades y otras formas de corrupción representan otro desafío importante.
El clientelismo político, la financiación irregular de campañas y la corrupción
en la gestión de recursos públicos socavan la confianza de la población y
erosionan la legitimidad de los partidos y organizaciones del campo popular. La
falta de transparencia y rendición de cuentas, tanto en la gestión interna como
en la relación con la ciudadanía, contribuye a perpetuar estas prácticas
corruptas.
A pesar de estos
desafíos, los dirigentes del campo popular en Salta expresaron su determinación
de superar las dificultades y construir un frente político sólido y unido.
Reconocen la importancia de establecer mecanismos de diálogo y negociación que
permitan superar las diferencias ideológicas y construir consensos en torno a
objetivos comunes. La transparencia y la rendición de cuentas se perciben como
pilares fundamentales para recuperar la confianza de la población y combatir la
corrupción.
En este contexto, Alta
Región se erige como un espacio de encuentro y reflexión, un lugar donde se
tejen alianzas y se diseñan estrategias para construir un futuro más justo e
igualitario para Salta y para el país.
En el complejo
entramado de la política contemporánea, los partidos y organizaciones del campo
popular desempeñan un papel crucial en la representación de las demandas y
aspiraciones de amplios sectores de la sociedad. Sin embargo, a menudo se
enfrentan a desafíos significativos a la hora de traducir sus ideales en
programas de gobierno viables y estrategias electorales efectivas.
En el corazón de
Salta, donde la icónica esquina de Santa Fe y Urquiza se abre frente al Parque
San Martín, se alza el bar Alta Región, un espacio que trasciende su función
comercial para convertirse en un bastión de la memoria política y cultural de
la región. Las paredes de esta casona de finales del siglo XIX resuenan con
ecos de encuentros y charlas que han marcado la historia del campo popular
salteño. Figuras destacadas de la política y la cultura se han dado cita en
este lugar para reflexionar sobre la organización de los sectores más
vulnerables, aquellos que históricamente han sido marginados y desfavorecidos
por las estructuras de poder.
A partir de las
conversaciones que mantenemos con diversos actores y de nuestra participación
en los encuentros organizativos, nos proponemos realizar un análisis profundo
de las dinámicas que dificultan la acción política efectiva del campo popular.
Nuestro objetivo central es identificar y comprender las barreras y estrategias
que los partidos y organizaciones de este sector despliegan en dos áreas
fundamentales: la elaboración de programas de gobierno y la configuración de
sus campañas políticas.
Este enfoque se basa
en la convicción de que el conocimiento generado a partir del diálogo y la
participación directa es esencial para comprender las complejidades del campo
popular. Buscamos ir más allá de las observaciones superficiales y adentrarnos
en las raíces de los problemas, con el fin de aportar elementos que fortalezcan
la capacidad de acción política de estos actores.
Los Interlocutores y sus expresiones
En esta oportunidad,
entre los presentes, contamos a JulioMolina (CTA), Nico, Alejo y Rubén
del movimiento Argentina Humana, Blanca Lescano y Fernando Pequeño de organizaciones
de derechos humanos, y David Torrejón dirigente social en un grupo ligado a un
segmento opositor a la actual conducción del PJ Salta.
A continuación identificamos
la dimensiones de la vida diaria que estuvieron presentes en el encuentro; y
los grupos de problemas sobre los que giró la conversación.
Dimensiones Analíticas
Política: Se discuten estrategias políticas,
alianzas, críticas a la gestión actual y la necesidad de un programa
político claro.
Derechos Humanos: Se abordan temas como la defensa de los
derechos de los pueblos originarios, campesinos, acceso al agua, salud,
seguridad y la importancia de la memoria.
Problemáticas Sociales: Se mencionan la falta de acceso a la
tierra, la precarización laboral, la violencia institucional, la
emergencia por falta de seguridad, salud y remedios, entre otros.
Estrategias de Acción: Se proponen acciones como la
visibilización de problemáticas, la creación de mesas de diálogo, la
articulación con organizaciones, la participación en espacios de debate y
la búsqueda de apoyo legal.
Organización: Se debate la necesidad de una mayor
organización y articulación entre diferentes sectores y organizaciones
para enfrentar los desafíos actuales.
Memoria: Se destaca la importancia de mantener viva la memoria de los
hechos pasados, especialmente en relación con los derechos humanos, y de
transmitirla a las nuevas generaciones.
Grupos de Problemáticas
Tenencia de la Tierra y Producción:
La figura del "puestero" y su
falta de reconocimiento legal.
Dificultades de acceso a la tierra para
pequeños productores y campesinos.
Explotación y condiciones precarias de
trabajo en fincas privadas.
Necesidad de políticas públicas que
fortalezcan la agricultura familiar y el acceso al agua.
Derechos de los Pueblos Originarios:
Necesidad de garantizar el acceso a la
tierra y la protección de los territorios indígenas.
Importancia de contar con asesoramiento
legal para defender los derechos de los pueblos originarios.
Problemáticas relacionadas con la falta
de agua, asistencia médica y educación en comunidades originarias.
Acceso a Derechos Básicos y Servicios:
Falta de acceso a la salud, medicamentos
y servicios básicos en zonas rurales.
Cierre de escuelas y dificultades para
acceder a la educación en zonas alejadas.
Impacto de las políticas de ajuste y
desfinanciamiento en la calidad de vida de la población.
Violencia Institucional y Seguridad:
Preocupación por el aumento de la
violencia institucional y la falta de seguridad.
Necesidad de proteger a la población
frente a abusos policiales y situaciones de riesgo.
Importancia de promover el conocimiento
de los derechos y mecanismos de protección.
Articulación Política y Estrategias:
Dificultades para lograr la unidad y
articulación entre diferentes sectores y organizaciones.
Necesidad de construir un programa
político claro y que interpele a la mayoría de la sociedad.
Importancia de visibilizar las
problemáticas y generar debate público para lograr cambios.
En el contexto de las proximas elecciones en Salta, analizamos desde el Ateneo Ragone y conjuntamente con organizaciones sociales y de derechos humanos, algunos aspectos del momento político actual y de las posiblidadades de representaciones políticas organizadas, claras y concensuadas entre sectores populares.
Bar Alta Región. Ateneo Ragone en reunón con referentes sociales y de derechos humanos
Entre los presntes, se compartió logros que se conquistaron con la herramienta del RENABAR.
El Registro
Nacional de Barrios Populares (RENABAP), una herramienta impulsada desde el
movimiento Argentina Humana liderado por Juan Grabois, ha demostrado ser un
instrumento clave en la lucha por el acceso a la tierra y la mejora de las
condiciones de vida en los barrios populares de Argentina. Nicolás, referente
de este movimiento, compartió en una reunión en el Ateneo Miguel Ragone y junto
a referentes de organizaciones sociales y de derechos humanos, los logros y
desafíos enfrentados en la implementación de este programa.
Nicolás, de Argentina Humana
El RENABAP no solo ha
servido para conseguir financiamiento para obras de infraestructura en
barrios vulnerables , sino que también ha logrado un hito fundamental: la prohibición
de desalojos por 10 años en tierras declaradas de utilidad pública. Esta
medida ha brindado seguridad jurídica a miles de familias que históricamente
han vivido en la incertidumbre y la precariedad.
Sin embargo, el camino
no ha estado exento de obstáculos. El gobierno actual intentó eliminar la ley
del RENABAP a través de un DNU, aunque finalmente no lo logró gracias a la
movilización y el apoyo de diversos sectores. A pesar de este revés, el
programa sufrió un fuerte desfinanciamiento y despidos de personal, lo que puso
en riesgo su continuidad.
En este contexto,
surgió la iniciativa de Rena Cepa, que buscaba replicar la experiencia
del RENABAP en el ámbito de la producción, generando una política de acceso a
la tierra para pequeños productores. Para ello, se creó el Registro Único
del Solicitante de Lotes (RUS), una herramienta que permitía a personas de
todo el país inscribirse para acceder a lotes con servicios.
El caso de Villasara
Vaqueros, un barrio popular con componente campesino, ilustra el potencial
de estas políticas. Allí, se planeaba el sorteo de 60 lotes con servicios
dentro del polígono protegido por la ley del RENABAP. Asimismo, se destaca el
caso de Santiago del Estero, donde una organización social logró generar lotes
con servicios gracias al apoyo del programa.
A pesar de los avances
logrados, Nicolás reconoce que aún queda mucho por hacer para garantizar el
acceso a la tierra y la seguridad jurídica para todos los sectores vulnerables.
En este sentido, subraya la importancia de seguir trabajando en la búsqueda de
propuestas innovadoras y adaptadas a las necesidades de cada territorio.
Acompañamos la
presentación del Frente Político “Unión por la Patria, distrito Salta” en El
Teatrino.
Integración del panel de presentación
Durante la mañana, escuchamos a cuatro presidentes de los Partidos políticos que dan los primeros pasos para la constitución del frente electoral para las próximas elecciones provinciales de mayo. En sus intervenciones, denuncian las políticas del presidente Milei y del gobernador Sáenz, calificándolas de "delincuenciales", "misóginas", "fascistas" y "asesinas" por su impacto económico y social en la población. Este frente opositor busca ofrecer una alternativa política para las elecciones de 2027 y 2029, enfocándose en un proyecto colectivo que priorice los derechos y necesidades de la ciudadanía, especialmente en términos de trabajo, vivienda y acceso a recursos naturales. Criticaron la falta de oposición en la legislatura provincial e instaron a la unidad de las fuerzas populares para construir una Salta "justa, libre y soberana".
Daniel
Escotorín : crítica al modelo económico y defensa de la dignidad en Salta
La política argentina
atraviesa un momento de profunda polarización y tensión social, reflejo de lo
cual ha sido el discurso Daniel Escotorín, articulando críticas al gobierno
nacional de Javier Milei y a la gestión provincial de Gustavo Sáenz en Salta.
Su análisis no solo expone los efectos de un modelo económico que califica de
“delincuencial”, sino que también propone alternativas para reconstruir un
proyecto político centrado en la justicia social.
El discurso de
Escotorín es un llamado a la acción que combina la indignación ante un sistema
desigual con la esperanza en una transformación posible. Su crítica al gobierno
de Milei y a la gestión de Sáenz expone las grietas de un proyecto que
profundiza la exclusión, pero también evidencia la urgencia de construir
alternativas desde abajo. La dignidad de los salteños, para él, no es
negociable: implica defender el agua, la tierra y el trabajo como pilares de
una sociedad justa. En un contexto de crisis, su propuesta reclama audacia para
pensar en un futuro donde la política no sea sinónimo de privilegios, sino de
emancipación colectiva.
El
gobierno de Milei es un modelo económico excluyente
Escotorín describe al
gobierno de Milei como un régimen que ha acelerado la destrucción de la
economía argentina mediante prácticas que benefician a minorías privilegiadas.
Conceptos como el “carry trade” o la “bicicleta financiera” son, para él,
ejemplos de un sistema que transfiere riqueza desde las mayorías empobrecidas
hacia sectores especulativos. Al tildar a Milei de “estafador” e “infame
traidor a la patria”, Escotorín no solo cuestiona su legitimidad, sino que lo
acusa de violar la Constitución Nacional al desmantelar derechos sociales y
priorizar políticas de ajuste. Escotorín advierte una contradicción esencial en
las acciones de Milei: la promesa de libertad económica versus el aumento del
sufrimiento de jubilados, trabajadores y niños, quienes cargan con el peso de
la inflación y la precarización.
En Salta
hay complicidad provincial y abandono de los más vulnerables
La crítica se extiende
al gobierno de Gustavo Sáenz en Salta, a quien Escotorín acusa de ser cómplice
activo del “saqueo” nacional. Denuncia que, mientras el norte de la provincia
enfrenta desnutrición infantil y falta de acceso a agua potable, las autoridades
priorizan alianzas con el poder central para sostener privilegios. Además,
señala la persecución a opositores y periodistas como un mecanismo para
silenciar el disenso. Este abandono no es solo material, sino simbólico: la
migración forzada de trabajadores a Bolivia, por ejemplo, refleja la pérdida de
dignidad de una población históricamente marginada. Escotorín vincula esta
realidad con un modelo extractivista que entrega recursos naturales a intereses
foráneos, agudizando la dependencia y la pobreza.
Hacia una
alternativa política: unidad, resistencia y transformación
Frente a este
escenario, Escotorín propone construir una fuerza política amplia y combativa,
capaz de aglutinar a sectores populares, sindicatos y movimientos sociales. Su
llamado a un frente electoral para 2027 y 2029 no se limita a lo electoral:
implica una lucha en las calles, barrios y espacios de trabajo para defender
una agenda basada en “tierra, techo y trabajo”. Esta visión busca rescatar la
soberanía sobre los recursos naturales, garantizar el acceso a vivienda y
redistribuir la riqueza. Además, plantea que Salta podría convertirse en un
ejemplo nacional si logra articular una gestión centrada en los derechos
humanos y la justicia ambiental, en contraste con el actual “modelo de
entrega”.
Verónica Caliva:
la necesidad de unidad dentro del peronismo salteño
El discurso de
Verónica Caliva se centró en la necesidad de unidad dentro del peronismo para
confrontar a la ultraderecha y transformar la realidad de la provincia. Sus
palabras se enmarcaron en un contexto de autocrítica, apertura a la diversidad
de voces y compromiso con la transformación social.
Caliva comenzó su
intervención reconociendo la complejidad del proceso político y la legitimidad
de las diferencias de opinión. En este sentido, validó la pregunta inicial
sobre el rol de Emiliano Estrada en el frente, reconociendo su trayectoria como
diputado nacional de Unión por la Patria y su labor en el Congreso para enfrentar
las políticas de Javier Milei. Sin embargo, también reconoció que Estrada fue
candidato a gobernador en un frente que incluía a partidos de centro-derecha y
derecha, lo que generó divisiones dentro del peronismo.
A pesar de estas
diferencias, Caliva enfatizó la necesidad de superar las divisiones del pasado
y construir un frente amplio que incluyera a todos los sectores del peronismo
que estuvieran dispuestos a trabajar por el bienestar de Salta e hizo un
llamado a la autocrítica y al reconocimiento de los errores cometidos en el
pasado, pero también instó a mirar hacia adelante y a enfocarse en los
objetivos comunes
La unidad, según
Caliva, resulta fundamental para sacar a Salta de las garras de la
ultraderecha, de los narcos, de la miseria y del hambre. Su llamado a la unidad
se extendió a todos los sectores de la sociedad salteña, desde los influencers
hasta los militantes de base, las amas de casa y los vecinos preocupados por el
futuro de la provincia. Y subrayó que la situación actual exige dejar de lado
las diferencias y trabajar juntos para construir un futuro mejor para Salta,
donde se garantizaran los derechos básicos de todos los ciudadanos.
En este sentido,
Caliva criticó las políticas del gobierno de Gustavo Sáenz, al que acusó de
estar atravesado por las mafias y de promover un modelo económico que
beneficiaba a los sectores más poderosos en detrimento del pueblo salteño.
Denunció que el gobierno nacional, con medidas como el blanqueo de capitales,
facilita el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y la trata de
personas, lo que agravaba la situación de violencia e inseguridad en la
provincia.
Abordó el problema del
narcotráfico y la necesidad de políticas integrales que abordaran las causas
subyacentes, como la falta de oportunidades laborales y la exclusión social. En
este sentido, rechazó la propuesta del presidente Petro de legalizar la cocaína
y defendió un enfoque que priorizara la educación, la salud y el trabajo como
herramientas para combatir el consumo problemático de drogas.
Finalmente, defendió
la importancia de la participación de las organizaciones sociales y del campo
popular en la construcción del frente, reconociendo su conocimiento de las
realidades locales y su capacidad para proponer soluciones concretas a los
problemas que enfrentaba la provincia.
En respuesta a los cuestionamientos sobre la
representatividad del frente realizadas entre algunos de los presentes, Caliva reafirmó
su compromiso con la inclusión y la apertura a la diversidad de voces,
invitando a todos aquellos que compartieran el objetivo de transformar la
realidad de Salta a sumarse al proyecto.
Elia Fernández: la
falta de oportunidades y la persecución de opositores
El discurso de Elia
Fernández, presentado en el contexto de la presentación del Frente de Unión por
la Patria en Salta se articula en torno a la crítica a la situación política y
económica de Salta, la defensa de la dignidad de los salteños y la necesidad de
construir una oposición valiente y constructiva. Su propuesta se basa en la denuncia
de la falta de oportunidades, la persecución de opositores y la sumisión del
gobierno provincial a las políticas nacionales, ofreciendo una alternativa que
priorice el bienestar y el desarrollo de la provincia.
Palabras de Elia Fernandez
Fernández parte de la
premisa de que en Salta no existe una oposición real a las políticas de Milei y
Sáenz, señalando la ausencia de voces disidentes en la legislatura provincial.
En este sentido, la conformación del frente de Unión por la Patria se presenta
como un intento de llenar ese vacío, ofreciendo una alternativa que confronte
las medidas que considera perjudiciales para la provincia. Sin embargo,
Fernández aclara que esta oposición no implica enemistad, sino la búsqueda de
consensos y la posibilidad de ofrecer una perspectiva diferente.
Una de las ideas
centrales del discurso es la crítica al sistema electoral, al que
responsabiliza de la falta de pluralidad en la representación legislativa.
Fernández argumenta que esta situación impide el progreso de Salta, al no
permitir que se escuchen todas las voces y propuestas. Esta crítica se
complementa con cuestionamientos a las alianzas del gobernador Sáenz con el
gobierno nacional, a quien acusa de priorizar sus intereses personales y
políticos por encima de la defensa de los intereses de los salteños.
Fernández denuncia que
el gobernador está dispuesto a cualquier cosa con tal de mantener su relación
con el gobierno nacional, incluso a costa de la dignidad de los ciudadanos.
Esta afirmación se basa en la observación de que muchos salteños, especialmente
en el norte de la provincia, se ven obligados a cruzar la frontera con Bolivia
para buscar trabajo y sustento, lo que evidencia la falta de oportunidades
laborales en Salta. Esta situación, según Fernández, es responsabilidad tanto
del gobierno actual como de las gestiones anteriores, que no han logrado
generar las condiciones necesarias para el desarrollo económico y social de la
provincia.
El discurso de
Fernández también aborda la persecución de opositores políticos y de la prensa,
así como la tendencia a culpar a los ciudadanos por la falta de gestión. En
este sentido, su discurso busca empoderar a los salteños, mostrándoles que es
posible hacer las cosas de manera diferente y construir una alternativa
política que defienda sus derechos e intereses.
En un contexto
regional, Fernández también critica la tendencia a cerrar las puertas a los
hermanos latinoamericanos, lo que considera una actitud contraria a la
tradición de solidaridad y hermandad que ha caracterizado a la región.
El discurso de Rubén,
compañero de Patria Grande, revela un profundo anhelo por recuperar el sentido
y el propósito en la política, especialmente en un contexto donde perciben un
modelo "deshumanizante" liderado por Gustavo Sáenz y Milei en Salta.
Su mensaje central se articula en torno a la necesidad de una agenda
propositiva que priorice las necesidades básicas de la población y garantice
que los beneficios de los recursos naturales se reviertan en la comunidad
local.
La agenda propositiva
que plantean se centra en "tierra, techo y trabajo", buscando
asegurar el acceso a la vivienda y a la tierra para la producción. Esta
propuesta no solo aborda necesidades inmediatas, sino que también apunta a empoderar
a la población y promover un desarrollo más equitativo y sostenible.
Uno de los puntos
clave del discurso es la gestión de los recursos naturales. Rubén subraya la
importancia de que los representantes del pueblo definan el destino de estos
recursos, priorizando el bienestar de la comunidad por encima de la
"conveniencia política". Esta postura refleja una crítica a la
priorización de intereses particulares en la toma de decisiones y una defensa
de la soberanía popular sobre los recursos.
El discurso también
pone énfasis en la juventud como agente de cambio. Rubén destaca los desafíos
que enfrenta la juventud, como el aumento de los costos de la educación y los
servicios, y los insta a movilizarse con un "profundo sentido de
propósito" para construir una Argentina más humana. Este llamado a la
acción busca inspirar a la juventud a involucrarse en la política y a defender
sus convicciones, sin claudicar en sus propósitos.
Finalmente, Rubén
invita a todos los compañeros a unirse al frente y a participar activamente en
las próximas elecciones. Su objetivo es presentar un proyecto propositivo que
ofrezca una alternativa al modelo actual y que responda a las necesidades de la
población. En resumen, el discurso de Rubén es un llamado a la acción para
recuperar la política con propósito, priorizar el bienestar de la comunidad y
construir un futuro más justo y equitativo.
Las tensiones inherentes al proceso de construcción de una
coalición política amplia y efectiva
Daniel Escotorín en su
discurso, articuló varias tensiones inherentes al proceso de construcción de
una coalición política amplia y efectiva. Estas tensiones se manifiestan en la delicada
articulación entre la unidad y la diversidad, la necesidad de superar las
divisiones del pasado sin ignorar las responsabilidades políticas, y la compleja
relación entre los partidos políticos y las organizaciones sociales en la lucha
por la transformación social. Resolver estas tensiones de manera constructiva y
creativa es fundamental para poder construir un frente que sea capaz de
enfrentar los desafíos que enfrenta Salta y de construir un futuro mejor para
todos sus habitantes.
Tensión uno. El equilibrio entre la
unidad y la diversidad dentro del frente
Una de las principales
tensiones en el discurso de Escotorín se centra en el equilibrio entre la
unidad y la diversidad dentro del frente. Por un lado, Escotorín enfatiza la
necesidad de construir un frente amplio que incluya a todos los sectores del
peronismo y del campo popular que estén dispuestos a trabajar por el bienestar
de Salta. Esto implica superar las diferencias partidarias y personales y
enfocarse en los objetivos comunes. Por otro lado, Escotorín reconoce que
existen diferencias importantes entre los distintos sectores que integran el
frente y que es necesario discutir y acordar una plataforma programática común
para poder llevar adelante un proyecto político transformador.
Tensión 2. La necesidad de superar
las divisiones del pasado sin ignorar las responsabilidades políticas
Otra tensión
importante en el discurso de Escotorín se relaciona con la necesidad de superar
las divisiones del pasado sin ignorar las responsabilidades políticas.
Escotorín reconoce que muchos de los dirigentes políticos que hoy integran el
frente han tenido trayectorias políticas diferentes e incluso contradictorias.
Algunos de ellos han participado en gobiernos que han sido criticados por su
gestión y por su falta de compromiso con las causas populares. Sin embargo,
Escotorín considera que es necesario dejar atrás estas diferencias y construir
un frente amplio que incluya a todos aquellos que estén dispuestos a trabajar
por un futuro mejor para Salta. Al mismo tiempo, Escotorín advierte que no se
puede ignorar el pasado y que es necesario asumir las responsabilidades
políticas por los errores cometidos. Esto implica hacer una autocrítica honesta
y transparente y tomar medidas para evitar que se repitan los errores del
pasado.
Tensión 3. La compleja relación entre
los partidos políticos y las organizaciones sociales.
Una tercera tensión en
el discurso de Escotorín se refiere a la compleja relación entre los partidos
políticos y las organizaciones sociales en la lucha por la transformación
social. Escotorín reconoce la importancia de la participación de las
organizaciones sociales y del campo popular en la construcción del frente.
Estas organizaciones son las que conocen de primera mano las necesidades y los
problemas de la gente y las que tienen la capacidad de movilizar y organizar a
la sociedad para luchar por sus derechos. Sin embargo, Escotorín también advierte
que los partidos políticos tienen un papel fundamental que desempeñar en la
construcción del frente. Los partidos políticos son los que tienen la capacidad
de elaborar propuestas políticas y de llevarlas adelante a través de las
instituciones del Estado. Por lo tanto, es necesario encontrar un equilibrio
entre la participación de las organizaciones sociales y el papel de los
partidos políticos para poder construir un frente amplio y efectivo que sea
capaz de transformar la realidad de Salta.
Intervenciones anti – Estrada
(en contrucción)
Melina Sola
La pregunta de Melina
Sola, de Radio Nacional y el portal Expreso de Salta, se enfoca en el tema
de la lucha contra el narcotráfico, la política cognitiva implementada en
Salta, y las posibles soluciones de fondo a la violencia generada por este
problema.
Específicamente, ella
pregunta sobre:
Cuál cree que debería ser la solución
de fondo a la violencia que genera el narcotráfico.
Si esa solución incluye la problemática
social y la situación de los jóvenes sin esperanza, que son la "carne
de cañón" del narcotráfico.
Su opinión sobre la propuesta del
presidente Petro de legalizar el tráfico o la producción de cocaína
como una alternativa adoptada en Latinoamérica.