lunes, 11 de noviembre de 2024

El Legado del Che: Forjando el "Hombre Nuevo" en la Era del Neofascismo y el Capitalismo Digital (1965-2024)

  

Ver también
Un libro sobre el Che Guevara
para recuperarlo y extenderlo
“Revolución, Utopía y Esperanza"

 

En noviembre de 2024 compañeros del campo popular militante en Salta, cursaron invitaciones para conversar sobre las ideas del Che Guevara en el contexto actual. Fue un momento en el que pudimos juntxs denunciar un capitalismo en profunda crisis, junto a la emergencia de gobiernos "neofascistas" y "ultraliberales" que socavan la democracia y los derechos. Y empezar a hacer inteligible en el campo popular las estrategias y la presencia fortalecida de una "Nueva Aristocracia Financiera y Tecnológica" que impone una "guerra cognitiva" y la hiperfragmentación social. Los presentadores del libro en Salta, en coincidencia con la veintena de autores que se dieron cita en el texto, entrelazan estas preocupaciones con las ideas centrales de las obras de Che Guevara incluidas en la compilación.




La escritura del Che

Los textos de Ernesto Che Guevara incluidos en la compilación fueron escritos en los siguientes años:

  • "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental" fue escrito en julio de 1967. Su primera edición como folleto especial para la revista Tricontinental se publicó en La Habana, Cuba, el 16 de abril de 1967.
  • "El socialismo y el hombre en Cuba" fue escrito en 1965, como lo indica su título completo tal como aparece en el índice y al inicio del capítulo. El Che menciona al comienzo del texto que lo está terminando "en viaje por África", lo que sitúa su redacción en ese año.
  • Los autores que construyen el texto escriben en 2024, año en el que fue editado y difundido. (Ver la presentación en Salta, aquí)

 

El legado del Che en 2024: de la forja del "hombre nuevo" a la resistencia global contra el neofascismo, guiados por su ética revolucionaria.

La persistente difusión y relectura de las obras de Ernesto Che Guevara, como "El socialismo y el hombre en Cuba" (escrito en 1965) y el "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental" (escrito en julio de 1967), evidencia la continuidad histórica de su pensamiento como un faro revolucionario, pero su urgente recuperación en noviembre de 2024, según Nuria (autora de uno de los capítulos) y Daniel Escotorín, radica en la imperiosa necesidad de enfrentar un contexto global radicalmente distinto.

Mientras que los escritos originales del Che respondieron a la necesidad de forjar un "hombre nuevo" consciente en la construcción del socialismo y a la imperativa de una lucha armada global contra un imperialismo explícito, los expositores contemporáneos argumentan que su legado ofrece las herramientas para reconstruir un horizonte utópico de "liberación, emancipación y justicia social" frente al avance de gobiernos "neofascistas" y "ultraliberales" que erosionan la democracia y los derechos.

La propuesta actual no solo busca honrar al Che, sino también desmitificar su figura para recuperar al "Che político, intelectual y reflexivo", cuya ética y coherencia entre ideas y acción se convierten en un modelo crucial para la revisión crítica de las prácticas actuales. Así, la iniciativa de difundir nuevamente estos textos no solo celebra un legado, sino que impulsa la gestación de "muchos Guevaras" como vía para una práctica transformadora y ética que desafíe las renovadas y sutiles formas de opresión en el presente.

 

Ernesto Che Guevara, Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental (1967)

La idea central de Ernesto Guevara en este texto de 1967 es un llamado radical e ineludible a la lucha revolucionaria global contra el imperialismo estadounidense, enfatizando la heroica resistencia de Vietnam como un ejemplo a seguir y la necesidad de una confrontación armada unificada y sin tregua por parte de los pueblos oprimidos, aceptando los sacrificios que implica para lograr la liberación total.

Recupero en la intencionalidad del Che, tres ideas en torno al cual estructura su mensaje de liberación:

  • Denuncia de la "Paz" Aparente y la Agresión Imperialista: El Che expone la falsedad de una paz mundial que, en realidad, encubre una profunda miseria y explotación global, señalando las guerras en Corea y Vietnam como manifestaciones claras de la incesante agresión del imperialismo estadounidense y sus aliados, que rompen fronteras nacionales en su sed de ganancias.
  • Necesidad y Universalización de la Lucha Armada: Sostiene que la lucha armada es el camino ineludible para la liberación, instando a la creación de "dos, tres, muchos Vietnam" en todo el mundo para dispersar las fuerzas del enemigo imperialista. Subraya que la verdadera solidaridad revolucionaria implica correr la misma suerte que los pueblos agredidos, no solo desearles éxito.
  • Unidad de los Pueblos Oprimidos para la Destrucción del Imperialismo: Convoca a la unidad de los pueblos explotados de América, Asia y África, reconociendo su enemigo común (Estados Unidos) y sus similares condiciones de opresión. El objetivo estratégico es la destrucción del imperialismo, con particular énfasis en su baluarte, Estados Unidos, como condición para la verdadera liberación.

Ernesto Che Guevara, El socialismo y el hombre en Cuba (1965)

El “Che” piensa aquí en la construcción del "hombre nuevo" (y la mujer nueva) como pilar fundamental del socialismo, un proceso que implica una profunda transformación de la conciencia individual a través de la autoeducación y la integración en la sociedad. Esta visión redefine el trabajo como un deber social que contribuye a la realización plena del ser humano, superando la enajenación capitalista y promoviendo una sociedad más libre, solidaria y orientada al bienestar colectivo.

La educación, el trabajo y la emancipación son las dimensiones que la propuesta del “Che” en su texto de 1965:

  • Formación del "Hombre Nuevo" como Necesidad de la Construcción Socialista: El Che plantea la imperiosa necesidad de formar un "hombre nuevo", libre de las taras individualistas del pasado, a través de un proceso consciente de autoeducación y la acción directa de la sociedad. Este nuevo ser humano es solidario, sensible, y busca su desarrollo en comunidad, contrastando con la visión alienada del capitalismo.
  • El Trabajo como Deber Social y Vía para la Emancipación Humana: Propone que el trabajo debe adquirir una nueva categoría de "deber social", liberándose de la lógica de la mercancía y la compulsión material. Argumenta que el hombre alcanza su plena condición humana al producir sin la necesidad de venderse, viéndose reflejado en su obra y contribuyendo al bienestar colectivo, lo que se une al desarrollo de la técnica para una mayor libertad.
  • Dinámica Dialéctica entre Vanguardia, Masa e Individuo: Describe la estrecha unidad dialéctica entre el individuo, la masa y la vanguardia (el Partido). Mientras los dirigentes (como Fidel) impulsan la revolución interpretando los anhelos populares y liderando con el ejemplo, la masa, aunque sigue a sus líderes, participa activamente y ejerce presión, siendo esencial para el éxito y la legitimidad del proceso revolucionario.

 

 

Ideas ejes de los autores

La compilación "Revolución, rebeldía y esperanza" de Milena Caserola (2024) es más que un mero tributo póstumo. Es una declaración urgente y colectiva de los autores que la integran sobre la imperiosa vigencia del pensamiento de Ernesto Che Guevara en el contexto global de noviembre de 2024. A partir de la síntesis de sus propias ideas, que abarca desde la denuncia de un capitalismo en profunda crisis y la emergencia de gobiernos "neofascistas" y "ultraliberales" que socavan la democracia y los derechos, hasta la descripción de una "Nueva Aristocracia Financiera y Tecnológica" que impone una "guerra cognitiva" y la hiperfragmentación social, los autores entrelazan estas preocupaciones con las ideas centrales de las obras de Che Guevara incluidas en la compilación. Estas son "El socialismo y el hombre en Cuba" (1965), que postula la construcción del "hombre nuevo" (y la mujer nueva) mediante la autoeducación y el trabajo como deber social para la realización plena del ser humano, y su "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental" (1967), un llamado radical a la lucha revolucionaria global contra el imperialismo estadounidense para la liberación total, aceptando los sacrificios que implica [Capítulos XXIV, XXV].

La tesis subyacente de los presentadores es que, mientras el Che de los años sesenta instaba a una confrontación armada contra un imperialismo explícito y a la forja de una nueva subjetividad en la edificación socialista [XXIV, XXV], su legado ofrece la brújula para enfrentar un escenario actual radicalmente distinto, pero igualmente opresivo. La centralidad de esta imbricación radica en la convergencia de una "carencia de un horizonte utópico" de socialismo, liberación, emancipación y justicia social en el presente, que solo puede ser reconstruido a través de la "ética de la rebeldía" y la coherencia entre ideas y acción que encarnó el Che. Los autores abogan por desmitificar la figura del "guerrillero heroico" para rescatar al "Che político, intelectual y reflexivo", cuya crítica al dogmatismo y su llamado a la unidad de los pueblos oprimidos ofrecen una metodología para la resistencia global. Así, la iniciativa de difundir nuevamente estos textos no solo celebra un legado, sino que impulsa la gestación de "muchos Guevaras" como vía para una práctica transformadora y ética que desafíe las renovadas y sutiles formas de opresión en el presente.

 

A continuación, presento una síntesis de la idea central de cada capítulo, del II al XXIII, con el nombre del capítulo y su(s) autor(es):

Jorge Elbaum, Presente continuo.

La idea central es la vigencia ineludible del ideario del Che Guevara para las nuevas generaciones, como una fuente de "ardor de reparación acumulada" que impulsa la lucha contra la miseria y el capitalismo actual, desafiando la resignación y promoviendo la construcción de un futuro mejor.

Rafael Klejzer, Confieso que jamás gané una carrera de bicicletas cuando era pibe, pero…

Klejzer destaca al Che Guevara como un ejemplo de redención humana y coherencia revolucionaria, cuyo "Mensaje a la Tricontinental" es un llamado a la confrontación directa contra el imperialismo estadounidense y una reivindicación de la lucha colectiva por la liberación nacional.

Agustín Lecchi, La memoria y la rebeldía como raíz, la soberanía como programa.

Este capítulo resalta la actualidad del pensamiento antiimperialista del Che y su defensa de la soberanía, ejemplificada en su firme postura en Punta del Este y su llamado a la acción de los pueblos para liberarse de la dependencia y el saqueo neoliberal.

Oleg Yasinsky, Una brújula para buscar al Che.

Yasinsky sostiene que el legado fundamental del Che es su búsqueda práctica del "Hombre Nuevo", un ser humano colectivo, solidario y sensible, y propone que los pueblos lo evoquen como una herramienta para construir el futuro a partir de sus propias necesidades y su capacidad de cuestionar la historia, en lugar de intentar ubicarlo en el presente.

Miguel Mazzeo, Horizonte Che.

Mazzeo define el "Horizonte guevarista" como una tradición que enfatiza la actualidad del socialismo, critica el dogmatismo y articula diversas corrientes revolucionarias bajo un humanismo radical, buscando la construcción del "hombre nuevo" y una praxis anticolonialista e internacionalista que prioriza la acción popular.

Mariano Pacheco, Guevara: sensibilidad militante y subjetividad política en cuatro cortes.

Pacheco examina la sensibilidad militante y la subjetividad política del Che, destacando cómo su figura inspira la rebeldía juvenil, su énfasis en "contagiar con el ejemplo" a través de valores morales y su llamado a crear una nueva humanidad forjada en la acción cotidiana, que desafíe el orden capitalista.

Guillermo Caviasca, El Che hoy.

Caviasca analiza la vigencia de las ideas del Che, especialmente su visión de la relación individuo-comunidad en una sociedad socialista, donde la emancipación humana se logra a través del trabajo social y el desarrollo colectivo, en contraste con la alienación capitalista, y subraya el papel de la vanguardia y el avance científico para un socialismo pleno.

Alexia Massholder, Legados del Che, pensar la Revolución.

Massholder explora las reflexiones del Che sobre la teoría revolucionaria y las particularidades de la Revolución Cubana, resaltando su idea de que la revolución puede triunfar interpretando correctamente la realidad histórica y usando las fuerzas disponibles, incluso sin conocimiento teórico previo, enfatizando su legado antiimperialista y la necesidad de un pensamiento crítico y soberano.

Carlos del Frade, Apuntes para una estrategia cultural y política. La necesaria vigencia de Guevara.

Del Frade afirma la permanente vigencia del Che como referente cultural y político para construir una identidad latinoamericana popular y antiimperialista, con el fin de democratizar la felicidad y enfrentar la crueldad del capitalismo y los discursos de odio contemporáneos, priorizando lo colectivo.

Carlos Aznárez, Che, faro indiscutible del accionar insurgente.

Aznárez presenta al Che Guevara como un faro inquebrantable de la acción insurgente, caracterizado por sus ideas claras, el compromiso con causas justas y un profundo espíritu internacionalista, desafiando el capitalismo, el imperialismo y la burocracia, e impulsando incluso la creación de Prensa Latina.

Paula Giménez, El legado del Che para el socialismo del siglo XXI.

Giménez enfatiza la urgencia de retomar la visión revolucionaria del Che en la era del capitalismo digitalizado, destacando su comprensión de la transformación integral de la sociedad y la necesidad de forjar un "hombre y mujer nuevos" que utilicen la tecnología para la emancipación, recuperando el control del tiempo y el espacio de la explotación de la Nueva Aristocracia Financiera y Tecnológica.

Julio C. Gambina, Recuperar el mensaje del Che a los pueblos.

Gambina subraya la imperiosa necesidad de rescatar el "Mensaje a los Pueblos" del Che como un llamado a la rebeldía y a la lucha por el socialismo, que diagnosticó el capitalismo global y el imperialismo estadounidense, instando a la izquierda a reconstruir una subjetividad colectiva que impulse la unidad de los movimientos populares.

Fernando Krichmar, El Che y el cine de la Revolución.

Krichmar resalta la conexión profunda y el papel fundamental del Che en el desarrollo del cine revolucionario cubano, mostrando cómo Che, consciente del poder de la comunicación, apoyó la creación de instituciones como el ICAIC y Prensa Latina para contrarrestar la desinformación imperialista y promover una expresión artística comprometida.

Laura Bitto, Es preciso soñar.

Bitto enfatiza el constante llamado a "soñar" y actuar por un futuro socialista, inspirándose en el compromiso inquebrantable del Che contra la injusticia y su crítica a la pasividad, afirmando que la construcción de alianzas continentales contra el imperialismo y la unión de los pueblos para la liberación colectiva siguen siendo tareas esenciales.

Cátedra Libre Ernesto Che Guevara, UNLPam, El presente es de lucha. ¡El futuro es nuestro!.

Este capítulo documenta los 25 años de la Cátedra Libre Ernesto Che Guevara de la UNLPam, resaltando su compromiso voluntario y su labor para superar el dogmatismo, fomentando el pensamiento crítico y preservando la memoria de las luchas revolucionarias, guiada por el mandato guevarista.

Nuria Giniger y Zaida Chmaruk, Revolución o dependencia.

 Giniger y Chmaruk sostienen que la actual ofensiva imperialista en América Latina exige retomar el antiimperialismo radical del Che, enfocándose en la crucial necesidad de enfrentar la propiedad monopólica y las limitaciones de la democracia burguesa, para construir un poder popular que trascienda los modelos electorales y económicos basados en el consumo.

Guillermo Cieza, El Che, después de la Cátedra.

Cieza analiza el impacto de las Cátedras Libres del Che Guevara en las universidades argentinas de los años 90, señalando cómo estas generaron un espacio de formación profunda sobre el pensamiento revolucionario, aunque muchos de sus participantes posteriores cedieron a las presiones institucionales, perdiendo la coherencia entre ideas y acción.

Cristina Mena, El desafío del Che a la generación del 60.

Mena narra cómo el desafío planteado por el Che transformó la conciencia de su generación en los años 60, impulsándolos a cuestionar el sistema, adoptar ideales antiimperialistas y socialistas, y comprometerse con la lucha armada como vía para la liberación en América Latina, reconociendo la continuidad de esta batalla.

Pablo Solana, La esencia guevarista, legado para un futuro que ya llegó.

Solana insta a recuperar la "esencia guevarista" para recrear un horizonte emancipador en los movimientos populares, enfatizando la complejidad del Che como teórico, economista, humanista y revolucionario, y su visión del socialismo como un proyecto civilizatorio que combate el individualismo y promueve la unidad en la praxis.

Miguel Benasayag y Ariel Pennisi, Dos, tres, muchos Che Guevara…

Benasayag y Pennisi interpretan el llamado del Che a crear "dos, tres, muchos Vietnam" como una redefinición radical de la lucha revolucionaria que descentraliza el poder y enfatiza la multiplicidad de prácticas y resistencias situadas frente al imperialismo, inspirando un socialismo "silvestre" que desafía los dogmas y prioriza el deseo humano.

Matías Cambiaggi, Tres Palabras.

Cambiaggi reflexiona sobre el poder perdurable de la figura del Che como símbolo de rebeldía insobornable y compromiso colectivo, especialmente para las nuevas generaciones que lo vieron como una "última trinchera" contra el neoliberalismo, defendiendo que su coherencia y su proyecto de vida para construir futuros alternativos siguen siendo una inspiración.

Esteban Rodríguez Alzueta, “¡Viva el perder!” El pensamiento de la derrota.

Rodríguez Alzueta propone una lectura del Che Guevara a través del "pensamiento de la derrota", centrándose en su Diario de Bolivia como un testimonio de las limitaciones de la voluntad revolucionaria y la cruda realidad de la lucha, abogando por un análisis crítico de las derrotas pasadas como punto de partida para las luchas futuras, más allá del triunfalismo.

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